Implementación de tecnología robótica colaborativa en el proceso de pulido
Un operario junto al robot colaborativo UR10, trabajan en un mismo espacio en una operación tipo péndulo (Crédito: Universal Robots)
La robótica colaborativa es una tecnología que cada vez más empresas a nivel mundial incorporan en líneas de montaje, tareas de pick & place o en alguna instancia particular de un proceso productivo. En la mayoría de los casos, el denominador común que se persigue con la incorporación de tecnología de punta y la automatización, no es sólo una mejora de la productividad. En muchas instancias, se busca afectar un cobot o robot colaborativo a una tarea repetitiva, peligrosa o tediosa para un operativo humano. Y de ese modo, se habilita a que el recurso humano asuma labores más calificadas o con mayor valor agregado. En ese sentido, puede encarar por ejemplo, tareas de control donde es necesario (por las características del producto final), una supervisión manual o una inspección ocular para lograr un visto bueno.
Una empresa canadiense llamada Paradigm Electronics, vinculada a la industria de la electrónica y la tecnología, es fabricante de altavoces y subwoofers de alta performance. Muchos de sus productos requieren un trabajo intensivo de mano de obra, siendo una de las etapas más demandantes y críticas dentro del proceso productivo, el pulido o acabado final que tienen las carcasas o gabinetes exteriores de sus altavoces y subwoofers.
«Para lograr ese acabado, hay que aplicar varias capas de laca y entre cada aplicación se debe lijar y pulir sucesivamente, varias veces. Hay mucho trabajo manual en ese proceso. El problema es encontrar gente que pueda hacer eso; simplemente no encontrábamos suficientes personas cualificadas», afirma el director de operaciones de la compañía con sede central en Toronto. Cuando la empresa lanzó al mercado un nuevo acabado aplicado a una línea nueva de altavoces, la respuesta de ventas frente al flamante producto superó toda expectativa. El panorama excedió no sólo la proyección inicial de ventas sino también la capacidad de la empresa de responder a esa demanda: se enfrentó así al reto de fabricar y pulir más cajas nuevas de lo esperado.
Operario y cobot trabajan codo a codo en el acabado final de este producto (Crédito: Universal Robots)
“La aplicación de pulido requiere mucha observación y colaboración por parte del técnico, por lo que realizar el trabajo desde una célula remota no parecía una solución viable», afirma el gerente superior de servicios de producción de Paradigm. Frente a esa particularidad de la tarea, la compañía optó por implementar un robot colaborativo en esa parte de la línea de producción, logrando aumentar 50% la productividad.
“Este tipo de robots nos permitió tener a una persona y a un robot trabajando en un mismo espacio. Ahora están trabajando en una operación tipo péndulo en la que se puede interactuar de forma segura, lo que permite al trabajador comprobar si el robot ha hecho una cantidad adecuada de trabajo antes de que se le encargue al trabajador el pulido final. Es un tipo de operación codo a codo», comenta el citado gerente, ponderando así la sencillez de la célula robotizada. Asimismo, se destaca la ventaja de contar con un robot que sea capaz de trabajar con una fuerza específica: “si se aplica demasiada fuerza, la superficie se calienta y los resultados serían totalmente contrarios a los esperados”.
Mirá a este cobot en acción (activá el subtítulo):
